Buenos Aires autónoma y solidaria

Buenos Aires autónoma y solidaria

por María José Lubertino

Por donde se la mire la Ciudad de Buenos Aires se encuentra entre las más ricas del país, con mayores recursos y mayor capacidad y autonomía fiscal. Sus indicadores, la ubican entre las mejores en términos sociales, aunque ello ocurre con independencia de la efectiva actuación del Estado en muchas de éstas áreas, como la Salud y la Educación.

En efecto, la CABA cuenta con los mayores ratios de PBG per cápita del país, ubicándose muy lejos de la provincia de Formosa, con la que presenta una brecha por encima de 7 veces.

La pobreza y la indigencia, según los últimos datos disponibles (al segundo semestre de 2011) afectan al 2,3% y 1,5% de los habitantes, muy por debajo del 14,2% de personas pobres de Chaco.

El presupuesto para todo 2012, asciende en la CABA a $32.931 millones, lo que sumado a  la reciente ampliación presupuestaria aprobada por el Macrismo (por una suma de $3.439 millones), supera los $36.000 millones, ubicando a la CABA en tercer lugar (luego de la Provincia de Buenos Aires y Córdoba) entre las jurisdicciones con mayores niveles de gasto público.

Los ingresos de la Ciudad sustentan esta estructura. 87% del total de ingresos de la CABA corresponden a ingresos propios, y 13% a transferencias del gobierno nacional, que en los últimos años, a pesar de las constantes críticas y reclamos, han crecido en forma acumulada entre 2007 y 2011 86,5% en dólares, y 23,2% entre 2010 y 2011, también medido en dólares!.

En este marco, el Jefe de Gobierno porteño ha salido a reclamarle al gobierno nacional más fondos. ¿Acaso no es consciente de las serias dificultades que atraviesan otros distritos en términos fiscales y de problemáticas sociales que ameritan una atención mayor y más urgente, tal como está ocurriendo, por parte del gobierno central? El principio que guía el reparto de recursos desde la Nación a las provincias es distributivo por excelencia, intentando suplir las problemáticas estructurales y los déficits de recursos. Sin dudas, la mirada del Jefe porteño resulta sumamente autocentrada y fuera de lugar en estas circunstancias, donde se esperaría una mayor colaboración y menores reclamos, una mayor solidaridad en pos del desarrollo de una Argentina con inclusión para todos/as. No es que los/as porteños/as ni sus problemáticas no resulten relevantes, sino que existe el convencimiento de que la Ciudad, con los  niveles de recursos, gastos y con el endeudamiento creciente cuenta con suficientes herramientas para poder resolverlas, siempre que esos recursos sean utilizados de manera eficiente, sin negociados, con niveles adecuados de ejecución y no a un ritmo ínfimo de 16,4%, como se alcanzó al primer trimestre de 2012, lo que da cuenta de la clara inoperancia de esta gestión.

*Diputada de la Ciudad – FPV

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