En el FPV apostaron a la diversidad para sumar votos
En Clarín
En el Frente para la Victoria, la gran apuesta es a la diversidad para tratar de copiar el efecto que logró UNEN en las Legislativas de 2013. Si bien admiten que la decisión de la Casa Rosada de permitir jugar a todos de cara a las PASO “puede fragmentar mucho” el voto; aseguran que, pensando en las generales, quien resulte vencedor de la interna saldrá fortalecido y logrará sumar el apoyo de todos los sectores que resulten derrotados.
El voto duro K, entienden en el oficialismo, se encolumnará detrás del titular de Aerolíneas Argentinas Mariano Recalde, quien pese a ser el favorito de Cristina -esta semana lo “rodeó” de su gestión y le trazó actos a medida- no logra levantar en las encuestas y ni en los sondeos más optimistas supera el 10 por ciento. Los más pesimistas lo muestran, incluso, debajo de Aníbal Ibarra, que pese a estar signado por la tragedia de Cromañón se postula, otra vez, como candidato por el “Frente Sí”. Especulan en el oficialismo que el ex jefe de Gobierno, más allá de una fuerte imagen negativa, atrae votos “de afuera” del núcleo K, de sectores “despolitizados” y desencantados con la gestión del PRO.
Del mismo modo, el origen radical de Gustavo López, de FORJA, consideran que puede seducir a sectores “alfonsinistas” y a correligionarios que rechazan el acuerdo a nivel nacional con el PRO.
Nuevo Encuentro, que tiene como referente al titular de la AFSCA Martín Sabbatella, tuvo problemas internos que desembocaron en dos listas: la periodista Gabriela Cerruti y el banquero Carlos Heller. Con escasas chances, asoman por último, Carlos Oviedo de Espacio Abierto (de María José Lubertino) y el pejotista Víctor Ramos.
Con el eje de campaña puesto en criticar al PRO, aseguran que cada uno saldrá a la calle a buscar sus votos para el 26 de abril, pero luego, “bajo un mismo liderazgo”, apuntalarán al vencedor. Creen que, en conjunto, superarán el piso que lograron con Daniel Filmus y que llegarán al balotaje.