Con una fiesta en el Luna Park Scioli entregó el microcrédito 100.000 del Banco Provincia
En Página 12
El gobernador bonaerense hizo entrega del microcrédito al beneficiario cien mil del Banco Provincia. Planteó que “lo que se viene es una nueva fase del desarrollo” y llamó a “poner las finanzas al servicio del trabajo y la inclusión. Es lo que dice la Presidenta”.
“Lo que se viene es una nueva fase del desarrollo”, repitió nuevamente como un mantra el gobernador bonaerense y precandidato presidencial del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, en el Luna Park. A pesar de mostrarse como la continuidad del proceso iniciado en el 2003, lo que parecía el lugar indicado para finalizar el año con un lanzamiento sólido de su figura, finalmente tuvo bajo perfil electoral. La excusa fue la entrega del microcrédito al beneficiario cien mil del Banco Provincia en un marco en el que se sorteó un auto utilitario, que tuvo la participación de Alejandro Fantino y el cierre del dúo Pimpinela.
“Debemos poner las finanzas al servicio del trabajo y la inclusión. Es lo que dice la Presidenta, que denuncia permanentemente al capitalismo salvaje que genera pobreza y marginalidad”, apuntó Scioli cerrando filas con el gobierno nacional en una de las pocas definiciones políticas de la tarde. Fue al promediar su discurso después de la presentación y entrega del microcrédito al tigrense José Villalba, albañil y carpintero que recibió su primer préstamo para comenzar con su emprendimiento personal. Con la interna del Frente para la Victoria en ciernes, el sciolismo pareció haber tomado la decisión de bajar el tono de las apariciones del gobernador después del último discurso presidencial en el que Fernández de Kirchner dijo que la candidaturas no son sólo “marketing, ni un color, ni una foto”.
Con más rojo y menos naranja que en ocasiones anteriores, el Luna Park se limitó a ofrecer una fiesta corporativa de fin de año más que un acto político. El público sentado en sus butacas, con promotoras y promotores del banco distribuidos por todo el estadio. Los microemprendedores estaban distribuidos por regiones y por el calor se distinguía el ir y venir de los folletos que terminaban siendo usados como abanicos. El único esbozo de acto político lo dio el Grupo Descartes que encabeza el ministro de Trabajo bonaerense, Carlos Cuartango, que lanzó a las escalinatas a sus promotoras, éstas sí vestidas de naranja con la leyenda “Daniel Scioli 2015”, a repartir el primer número de su revista editada en la ciudad de Buenos Aires.
En el flanco izquierdo del escenario el gabinete bonaerense completo asistió para reforzar el apoyo al jefe político. A su vez cerca de treinta intendentes también dijeron presente entre los funcionarios y los microemprendedores.
“Esta es la lucha que viene dando nuestra presidenta Cristina Fernández de Kirchner contra los especuladores”, destacó Scioli poniendo nuevamente los pies dentro del plato de la Casa Rosada. Alineando su discurso llamó a “trabajar por un país más fuerte si nos proponemos una economía más inclusiva”. Fue lo único que pareció acercarse a alguna definición política de un futuro programa de gobierno, cuando resaltó el rol del Estado como motor de “la producción y el trabajo digno, con inclusión. Porque el Estado debe ser un aliado y no un contrapeso de los que quieren producir”. La mención de la Presidenta logró el aplauso de las personas que escuchaban el breve discurso del gobernador.
“Estoy convencido de que lo mejor está por venir, que es la etapa del desarrollo”, aseguró el precandidato esbozando sus ganas de apretar el acelerador de los tiempos electorales que hoy lo tienen compitiendo con los demás candidatos del FpV de cara a las PASO. A pesar de mostrarse en los últimos tiempos casi como el ganador de esa interna todo parece ir hacia los comicios que terminarán por poner el nombre del ganador en la cabeza de la fórmula. Junto a su esposa, Karina Rabolini, al presidente del Banco Provincia, Gustavo Marangoni, y Fantino haciendo de conductor del acto, Scioli terminó el acto presentando al dúo Pimpinela, al que le robó adrede uno de sus estribillos para finalizar con un “se puede, se puede, se puede”.