Violencia de género. Lubertino exige eficacia y participación ciudadana
La candidata a primera Legisladora porteña por Espacio Abierto en el Frente para la Victoria, se refirió a los últimos casos de femicidio ocurridos en Argentina. Enumeró los sendos errores que derivan en la impunidad de la violencia de género.
El reciente caso de Neuquén en el que una pareja cayó en su camioneta al lago Lácar, situación en la que el joven que manejaba habría realizado la maniobra a propósito perdiendo la vida ambos ocupantes, el caso de Ángeles Rawson, la joven de 16 años, asesinada en junio de 2013 y tirada a la basura, o Wanda Taddei, quemada por su pareja o el caso de Milagros, de 7 años, quien fue asesinada a cuchillazos por la ex pareja de su madre cuando esta decidió terminar con la relación. Débora Gómez, de 25 años murió de un mazazo en la cabeza por su pareja Jesús Alberto Ayala en Mendoza y Claudia Noemí Ponce falleció consecuencia de un balazo en el cuello que le propició su pareja en Santiago del Estero, por solo mencionar algunos casos.
Al respecto, la ex titular del INADI, sostuvo que “resulta imprescindible una mayor organización del movimiento de mujeres” y que, además, “haya políticas públicas en serio para garantizar la educación sexual y la educación con perspectiva de género”.
En la actualidad “sigue habiendo complicidades de policías y políticos en muchos lugares del país, vinculado al negocio de la explotación sexual y la trata y eso también se alimenta de la cosificación de las mujeres y de un planteo sexista en los medios de comunicación”. Además, agregó que sería deseable que el Poder Judicial realice una profunda reflexión al momento de seleccionar a sus jueces y juezas, en la evaluación de sus propias historias, conductas, jurisprudencia y formación para afrontar los temas de violencia de género.
Dijo que “no en pocos casos, se designan jueces que tienen un historial personal de violencia de género o que han tenido antecedentes jurisprudenciales que denotan su desprecio por esta perspectiva”.
“También es fundamental la reforma de las policías provinciales, la incorporación de más mujeres a las fuerzas, la formación con perspectiva de derechos humanos y con perspectiva de género para que los relatos de las mujeres, las advertencias y la prevención comiencen desde el primer momento en el que alguna de ellas plantea que ha sido víctima de violencia. Por eso, lo más importante es que como sociedad le digamos no a la violencia de género, que estos hechos no pasen desapercibidos, ni nos conformemos con la pena o la resignación.”
Para finalizar, Lubertino hizo especial hincapié en que “estas mujeres podemos ser nosotras, nuestras hijas, hermanas o nuestras amigas. Tendámosle la mano a quien detectemos que pueda estar pasando por una situación como ésta, desde sus primeros indicios, desde los noviazgos violentos o los controles mínimos sobre nuestra indumentaria, nuestras salidas, nuestra vida y fundamentalmente, repudiemos, rechacemos todos los mecanismos de impunidad que la cultura patriarcal legitima, justifica y naturaliza para diluir este grave mecanismo de control social, de discriminación y de deshumanización de nuestra sociedad en relación a este colectivo que no es otra cosa que la mitad o más de la mitad de nuestra sociedad y que hoy se ve amenazada porque las situaciones de inseguridad comienzan por casa, las situaciones de inseguridad comienzan en la intimidad.”