SINTESIS DEL 17/10/2010
17/10/2010 Página 12 – Nota – Sociedad – Pag. 23 [noticia en diferido]
Para despejar los espacios públicos
Por Mariana Carbajal
La diputada porteña María José Lubertino presentó un proyecto de ley que propone prohibir la instalación permanente de imágenes o motivos religiosos en todos los edificios y espacios públicos de la Ciudad de Buenos Aires. La iniciativa fija un plazo de 18 meses para quitar las que ya existan. Plantea excepciones: podrán mantenerse en hospitales y cementerios "en tanto dichos elementos religiosos se encuentren en un espacio reservado y se garantice la multiplicidad de credos". En Mendoza, una ONG -la Asociación Civil 20 de Setiembre, que defiende los valores del libre pensamiento- está realizando una campaña con el mismo objetivo desde el año pasado. Y en la provincia de Buenos Aires, el defensor general Gabriel Ganón les reclamó a las autoridades del departamento judicial de San Nicolás sacar de los tribunales las imágenes religiosas.
"El proyecto apunta al efectivo cumplimiento del principio de inviolabilidad de la libertad religiosa consagrado en la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el laicismo del Estado en el ámbito porteño. Por ejemplo, que una persona sea llamada a declarar en sede judicial y que en la sala de audiencias, y por sobre los jueces, encontremos un crucifijo puede producir efectos de discriminación y presión sobre las legítimas convicciones de los justiciables", manifestó Lubertino. El tema lo instaló unas semanas atrás la ministra de la Corte Suprema Carmen Argibay, quien reveló en una entrevista que en el alto tribunal ya hay acuerdo entre varios integrantes para promover que se quiten las imágenes religiosas de las salas de audiencia de los tribunales. "Para la elaboración de este proyecto debimos comenzar por recordar lo obvio, esto es, que nuestro Estado es laico, no confesional", sostuvo Lubertino. El proyecto fue girado a la Comisión de Cultura. Argibay había dicho: "Soy funcionaria de un Estado laico y recibo gente que puede tener todas las religiones o ninguna, eso significa la libertad de culto. Tener un símbolo religioso condiciona", explicó Argibay el mes pasado. "En un tribunal oral no se les pide a los testigos que juren por alguna religión, ni por Dios o los santos evangelios, sino por sus creencias, no preguntamos cuáles, y atrás tenemos crucifijos. Entonces el señor dice: ?¿Me querrán hacer jurar por eso?’. Y hay que explicarle que no. Entonces ¿para qué está ahí? Puede influir mal en un testigo, puede ser considerado una discriminación. En la sala de audiencias no sé cómo diablos hacer para sacarlo. Hasta ahora somos dos las que dijimos que hay que sacarlo. Dos mujeres", aclaró. Y también, dijo que lo habló con el presidente del Consejo de la Magistratura, Luis María Cabral, quien se manifestó a favor.
17/10/2010 Perfil – Nota – Política – Pag. 12
El que mucho abarca…
"Estudiando proyectos de ley de muerte digna, titularizaciones docentes e información calórica de menúes de comida chatarra" (sic), publicó María José Lubertino. Gran variedad de temas para un sábado a la mañana. Lo que se dice una legisladora todoterreno.
7/10/2010 Perfil – Nota – Política – Pag. 5
jornada de la pastoral social
Bergoglio pidió no usar el poder “en provecho propio”
Por M.C.
Habla poco, pero cuando lo hace levanta polvareda. El cardenal primado Jorge Bergoglio embistió ayer contra los que “utilizan el poder en su provecho, quienes exigen sacrificios incalculables mientras evaden responsabilidad social y lavan riquezas que el esfuerzo de todos produce”. ¿Otro cuestionamiento al Gobierno nacional? Se sabe que la relación del matrimonio Kirchner con Bergoglio siempre fue áspera. Como de costumbre, el arzobispo de Buenos Aires se pronunció elípticamente, sin hacer nombres. Lo escuchaban, atentos, diferentes dirigentes políticos, la mayoría de ellos de la oposición. A la cabeza estaba el gobernador salteño, Juan Manuel Urtubey. Todo ocurrió en el auditorio del colegio San Cayetano, en Liniers. Allí tuvo lugar la Jornada Arquidiocesana de la Pastoral Social. Se pudo ver entre el público a la diputada nacional del PJ, Federal Graciela Camaño; al empresario Ignacio de Mendiguren (UIA); a la legisladora porteña María José Lubertino; al sindicalista Rodolfo Daer; al ex jefe de gobierno de la Ciudad, Jorge Telerman, y al ex vicepresidente de la Legislatura de Buenos Aires, Santiago de Estrada. También estuvieron los diputados nacionales Silvana Giúdici (UCR) y Adrián Pérez (CC).
Justo el párrafo más polémico, que inicia la nota, figura en el discurso de Bergoglio pero no fue mencionado por el sacerdote. La explicación fue que lo que leyó ante los oyentes fue sólo un resumen de todas sus conclusiones del documento “Hacia un bicentenario en justicia y solidaridad 2010-2016, nosotros como ciudadanos, nosotros como pueblo”. El texto fue entregado a cada uno de los participantes.
Repicaron como cuestionamientos al kirchnerismo otros tramos del discurso. Por ejemplo, cuando advirtió que afirmar los derechos humanos “también supone la lucha por cambiar estructuras injustas para que todos los argentinos tengan una vida digna en la que se puedan desarrollar plenamente las personas”.
Bergoglio insistió en que la educación y el trabajo son “claves para el desarrollo y la justa distribución de los bienes como para lograr la justicia social”.
Y propuso como método algo que la oposición le reclama al Gobierno: “Participación, diálogo, consensos, fijación de políticas públicas de Estado y definición de un proyecto de país”.
“Es una ocasión privilegiada, una oportunidad, para fijar políticas de Estado en temas que deben sustraerse al coyunturalismo y la puja política como son la educación, la salud, el trabajo y la seguridad, que nos devuelvan homogeneidad como sociedad y reconstituyan el tejido y el vínculo social de los argentinos”, especificó.
“Es la oportunidad de sostener una política de derechos humanos que ayude a la construcción de una identidad basada en la memoria, la verdad y la justicia”, enfatizó.
En su disertación, Bergoglio hizo un alto en la lectura del resumen para expresar que le dolió la declaración del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, quien dijo que “Argentina tiende a desaparecer”. “Esa es una visión decadentista”, criticó. Para finalizar, solicitó la erradicación de la pobreza y “el desarrollo de todos los argentinos”.
17/10/2010 Tiempo Argentino – Nota
– Argentina – Pag. 8
APERTURA DE LAS XIII JORNADAS DE PASTORAL SOCIAL
El cardenal Bergoglio reclamó un “liderazgo centrado en el servicio”
En un documento, el arzobispo de Buenos Aires reiteró los pedidos de la Iglesia para erradicar la pobreza, asegurar la convivencia pacífica y garantizar el desarrollo integral de los argentinos de cara al Bicentenario.
Por Franco Mizrahi politica@tiempoargentino
Para cerrar una semana agitada, el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, el cardenal Jorge Bergolgio, real izó ayer por la mañana el discurso de apertura de las XIII Jornadas de Pastoral Social, organizadas bajo el lema “Hacia un Bicentenario en justicia y solidaridad 2010–2016. Nosotros como ciudadanos, nosotros como pueblo”.
El jefe de la Iglesia habló de las expectativas de la Curia para el Bicentenario de la Independencia y dejó entrever críticas de la situación social y política.
El evento que organizó la Comisión de Pastoral Social de la Arquidiócesis de Buenos Aires se realizó en el Colegio San Cayetano, en Liniers. Allí el cardenal volvió a expresarse políticamente y resumió los puntos principales del texto que se les entregó a los presentes. Ante la atenta mirada de legisladores y dirigentes sindicales y empresariales, Bergoglio aseguró que las “prioridades” de cara al Bicentenario patrio deben ser la erradicación de la pobreza y garantizar el desarrollo integral de todos los argentinos.
En las primeras filas del auditorio lo escuchaban, entre otros, el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey, la diputada Graciela Camaño, el empresario Ignacio de Mendiguren (UIA), la legisladora porteña María José Lubertino y el ex jefe de gobierno de la ciudad, Jorge Telerman.
Como parte de las jornadas, luego de la palabra del cardenal se reunió un primer panel con personalidades del ámbito académico e intelectual. Posteriormente hubo otro integrado por Urtubey y los diputados nacionales de distintas fuerzas políticas.
Dijeron presente Dante Gullo, Adrián Pérez, Silvana Giudici, Camaño, Claudio Lozano y Gabriela Michetti, entre otros.
Las críticas de Bergoglio aparecieron en el texto escrito, aunque no tuvieron un destinatario preciso. Entre las conclusiones del documento sobresalió un párrafo que el primado omitió en su discurso. Era el reclamo por un nuevo liderazgo “centrado en el servicio”, que sería la respuesta que se requiere en un país “dañado por los privilegios”. Pero eso no fue todo.
En el documento impreso también reapareció una antigua crítica de la Iglesia: “No podemos reconciliarnos con la idea de una democracia de baja intensidad, de niveles de pobreza como los que aún tenemos, de la falta de definición de un proyecto estratégico de desarrollo y de inserción internacional, de un rasgo de nuestra cultura política que juega al ‘todo o nada’ en cada tema (?) y coloca en grave riesgo la convivencia, la estabilidad, la gobernabilidad, poniendo en riesgo el crecimiento económico”.
Si bien durante su alocución el cardenal hizo referencia a los Derechos Humanos, nada dijo del caso de los dos jesuitas de su congregación secuestrados durante la última dictadura militar: “Afirmar los Derechos Humanos –dijo– también supone la lucha por cambiar esas estructuras injustas para que todos los argentinos tengan una vida digna.” La omisión no fue casual.
El jefe de la Iglesia argentina había sido convocado por el Tribunal Oral Federal Nº 5 en el marco de la causa ESMA para declarar como testigo por el secuestro de los jesuitas Francisco Jalics y Orlando Dorio, durante la última dictadura cívico-militar, cuando dirigía la congregación. Pero el jueves 7 de octubre los jueces anoticiaron a las partes que el cardenal se negó a concurrir a la audiencia. Estaba citado para el viernes 12 de noviembre. Eso sí, aceptó contestar por escrito las requisitorias. Ahora el tribunal deberá resolver la situación del primado, ya que la querella exige que los jueces se trasladen al Arzobispado para tomarle declaración.