La gestión PRO en el 2014
Por Diputada María José Lubertino
En el Proyecto de Presupuesto 2014, los gastos corrientes y de capital previstos para el ejercicio ascienden a $ 59.501,7 millones. Esta cifra está explicada principalmente por los gastos corrientes que muestran un incremento de $ 9.190,6 millones respecto al año pasado, cuando ascendieron a $ 49.364,7 millones. En cuanto al gasto de capital, el presupuestado 2014 estima $ 10.137,0 millones, mostrando un incremento de $ 1.937,4 millones respecto de la proyección 2013.
Dentro de los gastos corrientes, el concepto de mayor relevancia son las remuneraciones, estimándose su gasto en $ 27.795,8 millones. Esta partida representa un incremento del 22% respecto al año en curso. Esto implicaría, que considerando el IPCBA que estima una inflación anual del 24% para el 2013, el Gobierno Macrista estaría ejecutando un ajuste de tipo real sobre el salario de los trabajadores estatales porteños. Adicionalmente, los gastos de consumo se expanden a una tasa del 27%, información que trasluce que los actuales contratos tercearizados de la gestión, mantendrán su valor real, e incluso serán aumentados o incluso expandidos en el año entrante.
Bajo esta misma premisa, de promover negocios privados con fondos públicos, es sumamente llamativo el porcentaje de participación de las transferencias para financiar gastos corrientes en el gasto total que es de 12,1% y ascienden a $ 7.210,7 millones. Estas transferencias se destinan principalmente a las instituciones de enseñanza de gestión privada, a través del Ministerio de Educación y al subsidio aplicado a la tarifa que abonan los usuarios del subterráneo. Pero adicionalmente el presupuesto releva que el PRO retomará su intento por subir la tarifa del subte en un 71% llevándola de los actuales $2.50 a $3.50, por lo cual las partidas destinadas al subsidio de boletos deberían disminuir considerablemente, a contramano de la proyección macrista. En definitiva, si los montos destinados a financiar los subsidios a usuarios de subte bajarían considerablemente por el incremento de tarifas, entendemos que se planea incrementar sustancialmente los subsidios a la educación privada.
Respecto a los gastos sociales, es sumamente contradictorio que pese a la inundación de propaganda enalteciendo la gestión PRO en cuando a facilitar el acceso a la primera vivienda, el proyecto de Presupuesto estima un incremento de los gastos destinados a la Vivienda de sólo el 1.9%, por lo que el ajuste real sobre esta partida supera los 22% en sólo un año. Un tijeretazo digno de la gestión macrista sobre una de las demandas populares que más preocupan a los porteños humildes. Lo que es más, aquellos que ya tienen la suerte de tener acceso a la propiedad tampoco saldrán indemnes de las tropelías PRO, ya que deberán afrontar un incremento del ABL que podría llegar hasta el 40%.
En cuanto al gastos de capital, se puede advertir que el total de la inversión real directa se eleva a
$ 9.967,5 millones, representando el 98,3% por ciento de los gastos de capital y el 16,8% del total del gasto. El porcentaje mayor de la inversión real directa en el Presupuesto 2014 se destinará a la continuación de las obras de extensión del subterráneo, a obras de infraestructura, equipamiento en las áreas de salud y educación y a obras de mantenimiento de la infraestructura urbana, donde proseguirá haciendo foco en la marketinera expansión del Metrobús (hoy siendo anunciados nuevos tramos).
Finalmente el desmanejo de la deuda pública por parte del PRO empieza a tener sus costos cada vez más altos. La dinámica creciente de la deuda pública de la Ciudad ha llegado a que esta se triplique en el período 2008-2013. Pero eso no es todo, ya que para el año 2014 la estimación es tomar nueva deuda por el equivalente a $3.924 millones, que al tipo de cambio actual ($5.83) corresponden a U$S673 millones de nuevo endeudamiento, totalizando a fines de 2014 pasivos por U$S2.363 millones. Esto implica un incremento de la deuda de un 40% en sólo un año y una suba del 371% en el período 2008-2014. Esto implicará que para la cancelación de obligaciones, se insumirán recursos adicionales en un 69% respecto a 2013, requiriendo el pago de $1.396,1 millones, según lo estima el Presupuesto. Este incremento muestra a las claras el deficiente manejo de la deuda pública y su costo creciente sobre el presupuesto público, tanto en términos nominales como en el peso relativo sobre el total de gastos que se realizarán en 2014.
En definitiva, un clásico ajuste macrista: suben los impuestos y las tarifas, mientras se incrementan los gastos para el pago de deuda por el desmanejo PRO, se incrementan las transferencias que financian los negocios privados, y se destinan menores recursos para el pago de salarios y planes de vivienda.