Políticas del macrismo en 2010: “Una gran frustración”
Por María José Lubertino
Diputada – Ciudad de Buenos Aires
Espacio Abierto
El balance de este año que finaliza, en cuanto a las políticas del macrismo en la Ciudad, podemos caracterizarlo como una gran frustración de los porteños y las porteñas. Por tercer año consecutivo el jefe de Gobierno nos presenta un presupuesto mentiroso y pretende implementar un aumento de impuestos financiando gastos comunicacionales, publicitarios y cosméticos; en lugar de avanzar en la inversión para el transporte público prometido, en infraestructura escolar y sanitaria tan necesaria o en las políticas habitacionales imprescindibles, entre tantas otras urgencias que tiene nuestra Ciudad.
Salvo la regularización de trabajadores de la educación, la expansión de la ley que consagra el derecho a la Ciudad de las personas en situación de calle -que todavía debe pasar el filtro de la reglamentación- no hay otras grandes leyes que merezcan destacarse en el 2010. El macrismo continuó durante este año con su record de vetos y no reglamentación de normativas.
La principal tarea legislativa desde nuestra banca ha sido la presentación de pedidos de informes y de amparos judiciales para evitar grandes negocios con recursos públicos que favorecen a privados en el espacio público, licitaciones direccionadas, frente al incumplimiento de derechos humanos básicos, y las consecuentes falta de políticas públicas. Así detuvimos la innecesaria obra faraónica que pretendía construir túneles debajo de la Avenida 9 de julio. En esa línea, todavía estamos batallando para defender el espacio verde de la Plaza Las Heras, así como estamos luchando fuertemente para cuidar los espacios verdes de la ex AU3, y el uso público de los talleres Guzmán, en el Parque Los Andes. También trabajamos constantemente para detener el innecesario puente Roca-Patricios sobre el Riachuelo, enfrentamos los “sapitos”, mal ubicados contra la voluntad de los vecinos en distintas comunas de la Ciudad, entre tantos otros frenos que le pusimos a la irracionalidad macrista.
Terminamos un año con investigaciones penales en curso, contra el gobierno de Macri, por escuchas telefónicas, enfadamiento a tazas altas y utilización de los recursos para fines distintos al de los subtes, no autorizados por la Legislatura, así como por la distribución irregular de la pauta publicitaria de la Secretaría de Comunicación Social de la Ciudad, iniciativa de la diputada Sanchez Andía.
Sin duda, nadie pensaba que el gobierno de Macri seria equitativo y solidario, pero sí se frustró la expectativa de amplios sectores de que sería un gobierno eficiente. Quedó en evidencia que se priorizó una Ciudad para los autos -a pesar de las pocas bicicletas gratuitas del macrismo, con más anuncio que política verdadera- en lugar de una Ciudad para las personas que viven y se mueven en ella. Se priorizó el negocio inmobiliario con la construcción de torres para especuladores y personas de alto poder adquisitivo, en lugar del acceso a la vivienda para las personas de todos los niveles socio-económicos.
La Ciudad, en tres años, duplicó su recaudación y aumentó su producto Bruto en un 40 porciento. Sin embargo, se mantuvo la inequidad, dado que en el primer quintil de los más ricos hay menos de un cinco porciento de la población; mientras que en el quinto quintil, el de los más pobres, se ubican casi un 50 porciento de los habitantes de la Ciudad. Esta inequitativa distribución del ingreso permaneció inmodificada durante estos tres años de gestión del PRO. Lo mismo que los porcentajes de subocupación y desocupación, que, sumados, alcanzan al 15 porciento a pesar de que los índices nacionales se han reducido considerablemente. Así, podríamos seguir enumerando reiteradas falencias del gobierno encabezado por Macri, en una Ciudad cada ves más necesitada de políticas públicas de inclusión.
En síntesis, las políticas del macrismo en este año no tuvieron ni viviendas, ni escuelas, ni subtes. Sino sólo una permanente campaña electoral, rumbo a la ambición presidencial de Macri, cada vez más remota.