RECUPERAR DERECHOS HUMANOS

MARÍA JOSÉ LUBERTINO·SÁBADO, 7 DE DICIEMBRE DE 2019

Es un año especial para los Derechos Humanos en la Argentina en el marco del 50º Aniversario de la Convención Americana de Derechos Humanos y especialmente del 25º Aniversario de la Reforma de 1994 que sabiamente incorporó los más importantes tratados en la materia al bloque constitucional.
Las organizaciones pioneras en la Argentina, tristemente célebres en el mundo entero por haber tenido que defender los derechos humanos conculcados por el genocidio, ya han pasado más de 40 años de apasionado activismo con grandes logros personales y políticos en materia de memoria, verdad y justicia, como la recuperación de 130 nietes, el juzgamiento y la cárcel común para genocidas y represores y la aprobación bajo su impulso de tratados internacionales sobre desapariciones forzadas y delitos de lesa humanidad.
Otras organizaciones posteriores que nos inspiramos en ellas y nacimos al calor de la defensa de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales y como correlato de los movimientos sociales que cobramos renovado impulso en la Argentina y en el mundo frente a la ola neoliberal de los noventa, este año estamos cumpliendo 30 años de trabajo ininterrumpido en defensa de los derechos de las mujeres, les jóvenes, les niñes y adolescentes, las personas con discapacidad, las personas viviendo con vih, los Pueblos originarios, las diversidades, especialmente para hacer realidad la universalidad de todos los derechos para todes.
Desde esta rica trayectoria colectiva compartida acumulativa es que hacemos votos para que este año también podamos festejar el 27 de octubre como un paso hacia la recuperación de los derechos humanos lesionados, restringidos o arrancados en estos cuatro años de políticas regresivas en materia económica y social, pero también de discriminación y estigmatización a los sectores más vulnerabilizados y su correlato represivo. Les niñes, les adultes mayores, las personas con discapacidad, los Pueblos originarios, las mujeres, les migrantes, les afros, les pobres (viejos y nuevos), las personas usuarias de drogas, las personas en situación de encierro hemos sido víctimas de políticas regresivas violatorias de estándares internacionales.
Valoramos los avances que produjeron diferentes gobiernos democráticos, a veces incipientes o lentos pero avances al fin, a veces con muchas dificultades por el contexto y otros más firmes y decididos para lograr la dignidad para todes, nunca suficientes.
Tenemos mucha expectativa en la futura labor de Alberto Fernandez, no sólo porque ya estuvo allí cuando se bajaron los cuadros de los genocidas, se nos apoyó en el Congreso para votar la nulidad de las leyes de impunidad e indultos y se reabrieron los juicios, se respetó la independencia del Poder Judicial, sino porque él fue uno de los impulsores de dar vida real al Instituto Nacional contra la discriminación, la xenofobia y el racismo, abriéndonos la puerta a las más variadas expresiones de la sociedad civil en búsqueda de justicia y dignidad. Los Gobiernos de Néstor y Cristina, con todas las críticas que puedan hacerse a otros aspectos de su gestión, fueron artífices de creciente ciudadanía. No sólo reconocieron derechos en los papeles (importantísimos logros como matrimonio igualitario, ley de migraciones, jubilación del ama de casa, derechos de les trabajadores de casas particulares, nuevo Código Civil), sino que abrieron las puertas del Estado a las construcciones sociales, en una retroalimentación permanente, que fue en realidad la que también provocó muchas conquistas.
Somos muchos de esos colectivos empoderados los que salimos a las calles a no dejar pisar los derechos propios y de otres. La fuerza creciente de las mujeres no sólo en el “Ni una menos” o en el “Que sea Ley” sino en cientos de redes federales en los más diversos temas y solidariamente y junto con les jóvenes y docentes en defensa de la educación pública y del ambiente, para decirle no al recorte a les jubilades, acompañando a las personas con discapacidad, personas viviendo con vih y sus familiares frente a los quites de pensiones y medicamentos, en la resistencia de les pequeñes productores que luchan por soberanía alimentaria, usuarios/as frente a un Estado cómplice de las empresas privatizadas vulnerando el acceso al agua o la energía, familiares y víctimas del gatillo fácil y personas lgttbi y migrantes luchando contra el retorno de su discriminación.
Obviamente la prioridad en materia de derechos humanos es tan gravemente básica como hacer que nadie pase hambre ni duerma en la calle. Pero tener que abocarnos a restituir derechos no deja de hacernos ver todo lo que faltaba y puede irse haciendo simultáneamente. Hay cuestiones que obviamente se traducen en decisiones presupuestarias, como dar presupuesto a la lucha contra la violencia de género, pero otras sólo requieren creatividad, escucha y decisión política en la dirección correcta, y eso no nos falta.
Quienes sólo miran la economía hablan de políticas pendulares en la Argentina del neoliberalismo al populismo o viceversa, de grieta. Pero quienes construimos cambios desde la perspectiva de los derechos humanos, reconocemos que este creciente y progresivo marco es nuestra plataforma y horizonte y que fija pisos que no pueden ser perforados. Por eso desde diferentes historias ciudadanas y partidarias nos unimos para decir NUNCA MAS RETROCESOS en materia de derechos humanos.

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