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Chubut llevó a Buenos Aires su reclamo contra la central nuclear

3 de agosto de 2017 // En RíoNegro.com //

“Si afecta los intereses ambientales de los chubutenses, vamos a plantear todos los reclamos y recursos legales que tengamos para evitar que se lleve adelante”, avisó ayer Ignacio Agulleiro, ministro de Ambiente de la provincia de Chubut. Los diputados y senadores nacionales que responden al gobernador de esa provincia, Mario Das Neves, ratificaron ayer en el Congreso Nacional un protocolo ambiental y un manifiesto contra la instalación en 2020 de la planta nuclear en Río Negro, que criticaron con dureza. Los legisladores advirtieron que presionarán para modificar la ley que regula la actividad nuclear y obligar a que se necesite la autorización de las provincias limítrofes para una instalación de estas características.

En el anexo del Congreso en Buenos Aires, los diputados Ana Llanos y Sixto Bermejo, y el senador Alfredo Luenzo ratificaron la Cumbre Ambiental celebrada en mayo en Chubut para darle carácter “nacional” al reclamo en contra de la próxima central nuclear rionegrina. Del acto no participó ningún funcionario nacional, ni otros legisladores de la región, salvo María Emilia Soria que envió un video de apoyo. En diálogo con este diario, el ministro Agulleiro dio la posición de su provincia.

“Hay que esperar el proyecto técnico final para opinar bien ambientalmente. La validación o autorización ambiental se hace al comparar el riesgo ambiental que tiene cualquier obra, contra el beneficio en desarrollo, industrial y social, de la zona. Si el beneficio es mayor que la afectación se autoriza una obra. Esta no tiene beneficio: va a entorpecer el crecimiento de las energías alternativas. Una planta nuclear de 1100 mw implica una inversión que equivale a la instalación de más de 6.000 aerogeneradores, que producen 5 veces más energía”, sostiene, al igual que el manifiesto.

P-¿Qué riesgos ambientales observan a primera vista?

R- Pretende instalársela en el golfo San Matías, y tomar agua del golfo para refrigerar los reactores. Esta agua, como sostienen los técnicos nucleares, no va a ser contaminada por radiación, pero si va a ser contaminada térmicamente. Le reclamamos a Nación que, así como le pide autorización a Río Negro, por su territorio, si va a utilizar un recurso compartido, que también nos pidan nuestra opinión y que nuestra opinión sea vinculante como la de Río Negro.

P- ¿El calentamiento de aguas es el único problema?

R- No, hay que ver cómo se plantean en el proyecto técnico, pero hay que tener en claro que esto representa un riesgo ambiental de entrada: los residuos que se generen, y queden enterrados o no, van a generar peligrosidad por más de 1000 años. Los residuos industriales de una central nuclear, en promedio, duran entre 1000 y 2500 años y durante todo ese período mantienen alta peligrosidad. Si esto se va a hacer sobre el golfo San Matías, a 20 o 200 kilómetros de nuestro límite, es lo mismo, porque el límite es un límite jurisdiccional, arbitrario, que nada tiene que ver con el límite natural o de las especies que ahí habitan.

P- ¿Peligraría el ecosistema?

R- Sí, y hay especies que nos interesan mucho, como la ballena franca austral que nosotros la tenemos protegida, que transita esas aguas y que Río Negro también aprovecha turísticamente. Y también poblaciones de peces, y el stock pesquero. El golfo de San Matías tiene un stock pesquero que es independiente del stock de merluza nacional, que se administra de una manera independiente y que se regula entre las dos provincias. Y hay peligro de que ese stock pesquero se mueva de una parte del golfo a otra. Hay que tener mucho cuidado.

“La lucha la vamos a seguir, y ya hemos ganado: no hay licencia social
para estos emprendimientos. Han reaccionado las comunidades”.

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