EL PRESUPUESTO DE LA VERGÜENZA

por María José Lubertino

 

En la última sesión ordinaria del año (13/12/2012), se aprobó en la Legislatura porteña el Presupuesto 2013 presentado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Un presupuesto que lo único que hace es mostrar la ineficiencia de la gestión de Mauricio Macri y la indiferencia hacia los/as que más necesitan el acompañamiento y la presencia del Estado.

También, se aprobó la modificación al Código Fiscal que determina los impuestos obligatorios y Ley Tarifaria 2013 que define las alícuotas correspondientes a cada uno; todo esto, sorprendentemente apoyado y avalado por los legisladores de Proyecto Sur y Coalición Cívica

Se confirma así lo que venimos cuestionando repetidamente y debería darle vergüenza a los/as legisladores/as que apoyaron y votaron a favor: el Presupuesto 2013 contempla gastos por más de 40 mil millones de pesos –un 20% más de lo previsto para 2012- una bateria aumentos en varios impuestos y partidas escandalosamente bajas a las áreas más sensibles, como la Salud, la Educación y la Vivienda. 

Asimismo, se incluyen planes de nuevo endeudamiento por $914 millones, un proceso que no sólo repercute como stock de deuda, sino que su nominación ha cambiado hasta convertirse casi exclusivamente en dólares: en 2012 la deuda nominada el dólares ascendió a 96%.

Esta infamia, este presupuesto de ficción y bochornoso, fue aprobado con 31 votos positivos provenientes del bloque PRO, los tres aliados Juan Pablo Arenaza, Adriana Montes y Daniel Amoroso, más los dos diputados de la UCR; al tiempo, hubo tres abstenciones de la Coalición Cívica y fuimos 22 legisladores/as los que nos opusimos.

No podemos avalar un modelo de ciudad que promueve la desigualdad a través de una lógica distributiva regresiva y que le mete la mano en los bolsillos todos los días a los/as porteños/as.

Las subas previstas serán en las alícuotas de sellos y de Ingresos Brutos, que se sumarán al aumento de un 23 por ciento de ABL que regirá a partir de enero. Todo esto sin incrementos salariales de la administración pública o actualizaciones de los valores de las transferencias sociales.

Mientras tanto, queda clara la orientación del gasto a alimentar los fabulosos contratos de proveedores privados, la comunicación y la publicidad en desmedro del gasto social . Nos avergüenza que en una sociedad en la que hay aún desigualdad, la participación del gasto social sea menor.

 

Déficit récord

Tanto el resultado primario como el económico presentados en el Presupuesto 2013 son levemente superavitarios. No obstante, si observamos el historial reciente de resultados frente a los estimados en los últimos presupuestos, podemos esperar para este año un resultado deficitario récord. Según las propias estimaciones presentadas en el Mensaje de Presupuesto 2013, se espera que el déficit financiero final triplique al presupuestado.

 

La prioridad nunca es el/la porteño/a

Finalmente, debemos hablar de la expresión de prioridades en cuanto a los objetivos de política económica y social que propone el Gobierno del PRO en el Presupuesto 2013. Como consideramos que las proyecciones de gasto plasmadas en el presupuesto 2013 se encuentran subestimadas, se realizan apreciaciones acerca de la comparación del mismo con el presentado en el presupuesto 2012.

Los únicos rubros que presentan variaciones interanuales por debajo de la variación del gasto total (24,0%) son Servicios de Deuda (8,9%) y Servicios Sociales (19,1%). Con respecto a la primera, debemos decir que en el presupuesto presentado para el año 2013 no se contemplan las obligaciones y servicios que deberán ser enfrentados por la Ciudad debido al nuevo endeudamiento votado en la Legislatura de la Ciudad a fines de septiembre del corriente, con lo cuál es esperable que esta finalidad presente una variación mayor a la prevista.

En definitiva, este Presupuesto 2013 corrobora y ratifica el rumbo iniciado por la gestión Macrista en el año 2008. El empeoramiento de las cuentas fiscales de la Ciudad, el mayor endeudamiento y el desdén por las políticas sociales, con un particular perjuicio a la Educación y la Salud Pública.

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